ruypster's blog: Borgoña, entre el Saona y el Seille
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sábado, 6 de octubre de 2007

Borgoña, entre el Saona y el Seille

“¡Bienvenido en Borgoña! No pase de largo. Haga un alto en Borgoña para hojear las más bellas páginas de la historia de Francia: Alésia, Vauban, Rameau, Cluny, Cîteaux, Lamartine, Solutré, Colette… Tantos nombres célebres que han marcado a Francia de su estampa. Tómese el tiempo de una parada. ¿Una escala gastronómica? ¿fluvial? ¿histórica? ¿naturalista?

Borgoña le invita a un fantástico viaje en el tiempo, sobre las huellas de Vercingétorix, el Toisón de Oro y los grandes duques de Occidente. Como gentes de corazón, los borgoñones le abrirán las puertas de su país.

¡Sea el bienvenido! ¡Bienvenido a los nuevos amantes de Borgoña!”

Así rezaban las primeras líneas en un catálogo de turismo fluvial en Borgoña. Sugerentes fotos de la geografía borgoñesa llenaban sus páginas a todo color y despertaban mi curiosidad y admiración mientras pasaba sus hojas entre mis dedos.

“En familia o con amigos, sobre cerca de 1200 kilómetros de ríos y canales, para una semana o un fin de semana, Borgoña le lleva de crucero.
Seguramente la mejor manera de descubrirla, al apacible ritmo de la corriente del río Saona, del Seille o del Yonne, del canal de Borgoña, del Nivernais o del canal del Centro. Un periplo que le ofrece el tiempo de apreciar las cosas simples y auténticas: el vuelo de una garza o de un pato salvaje, el amistoso saludo de un marinero, la bienvenida del esclusero o el placer de una partida de pesca.

A todos los amantes de la naturaleza y de la tranquilidad, Borgoña les reserva intensas sensaciones a lo largo del curso del río. A un tiro de piedra de París o de Lyon, apartado de la multitud y de los atascos, ¡conviértase en capitán de un confortable barco y suelte las amarras!”

No hacían falta más argumentos para que un grupo de amigos partiésemos hacia tierras francas. A lo largo de casi 4000 km, recorrimos en dos semanas el Este de Francia, por tierra y agua, saliendo unos de Madrid, otros de Barcelona, y pasando por Aviñón, Dijon, Estrasburgo y volviendo por Lugano, Milán y la Riviera francesa. Dos semanas cuyo testimonio dejo a continuación.



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1ª etapa: Aviñón


¿Cuántas veces habré pasado tan cerca de Aviñón sin pararme a visitarla? Supongo que ése es el mal de toda ciudad monumental situada al margen de los grandes ejes de carreteras, como Carcasona o incluso Marsella: o te sales o pasas de largo. Pero el desvío siempre vale la pena y en el caso de Aviñón, más todavía.

Sólidas murallas encierran una de las ciudades más fascinantes del Sur, dominada por el ‘Palais des Papes'. Enfrentado a facciones enemigas en Roma y animado por las intrigas de Felipe IV de Francia, el papa Clemente V trasladó la Corte papal a Aviñón en 1309. Aquí permaneció hasta 1377 y durante todo ese tiempo su sucesor transformó el modesto edificio episcopal en el magnífico palacio que se ve actualmente.



Siete papas oficiales se establecieron en Aviñón. Dos antipapas les siguieron; el último de ellos, Benedicto XIII, huyó en 1403. Papas o antipapas, pocos fueron conocidos por su santidad. Clemente V murió al comer polvo de esmeraldas, prescrito para la indigestión; Clemente VI pensó que la mejor manera de honrar a Dios era a través del lujo. Petrarca se sorprendió por la “suciedad del universo” en la Corte. En 1367, Urbano V trató de devolver la Curia (Corte papal) a Roma, hecho que se llevó a cabo en 1377.

2ª etapa: Saint-Jean-de-Losne


Auténtico ‘intercambiador’ de aguas, la antigua capital del transporte por barco fluvial está en el origen del Canal de Borgoña y próximo del punto de salida del Canal del Ródano al Rin. También es el ayuntamiento más pequeño de Francia por su superficie (36 ha de tierra y 20 ha de agua).
Esta antigua plaza fuerte sostuvo en 1636 un sitio memorable contra los austríacos, cuando el Saona servía de frontera natural entre Francia y el Sacro Imperio romano-germánico. Los pocos cientos de hombres de su guarnición resistieron a los 60.000 soldados del general Gallas, obligándoles a retirarse.


Esta apacible localidad junto al río Saona marca el punto de inicio de nuestro crucero por Borgoña. 290 km, 14 esclusas y 42 horas de navegación nos esperan. ¡Al abordaje!



El barco tiene 9,70m de eslora y está equipado con un motor de 40cv. Sus 2 puestos de mando posibilitan el pilotaje desde el puente o en el interior de la cabina. 2 camarotes dobles, cada uno con su baño con ducha y un salón convertible en dos literas permiten el alojamiento de hasta 6 pasajeros. Una cocina totalmente equipada y una cubierta superior completan la distribución del barco.


3ª etapa: Seurre

Bajando el río, a unos 14 km se sitúa Seurre, pequeña población junto a la confluencia de dos brazos del Saona.


Seurre posee un hospital del siglo XVII cuya sala principal recuerda, en más modesto, la Gran Sala del Hôtel-Dieu de Beaune. Actualmente convertido en museo, los instrumentos quirúrgicos de la época están expuestos en las salas de operaciones ¿o serán de tortura?




4ª etapa: Verdun-sur-le-Doubs

21 km río abajo, Verdun-sur-le-Doubs ocupa un hermoso emplazamiento, en la confluencia del indolente Saona y del turbulento río Doubs, en un paisaje de praderas y murallas en ruinas. La especialidad local es la pôchouse verdunoise, una caldereta de pescado, como el lucio, la perca, la anguila y la tenca. El siluro, pez gigante que puede medir hasta 3 m y pesar más de 100 kg es el rey por excelencia de estos ríos, pero no se consume su carne porque su sabor recuerda al lodo donde vive ese monstruo acuático.




5ª etapa: Chalon-sur-Saône

Centro portuario, industrial y comercial de gran actividad, Chalon es la segunda ciudad de Borgoña y la capital de una rica zona de cultivos y de ganadería, en el corazón de un viñedo del que algunos caldos hacen su renombre.
Algunas de las seculares casas del viejo Chalon merecen una mención especial, sobretodo en el barrio de Saint-Vincent, donde bellas fachadas de entramado de madera se abren sobre la plaza del mismo nombre.




6ª etapa: Tournus

Puerta Norte del viñedo del Macônnais, a orilla del río Saona, Tournus es una ciudad llena de atractivos. En esta localidad rica en viejas piedras, la abadía de St-Philibert constituye uno de los mayores testigos del primer arte románico en Francia.

La suavidad del clima y el encanto de los paisajes del Tournugeois, compuestos por viñas, praderas, bosques y pintorescas aldeas por descubrir a nuestro ritmo, seducen a cualquier visitante.




7ª etapa: Cuisery


Salimos del Saona para adentrarnos en los meandros del sinuoso río Seille, hogar del famoso silure. Cuisery está situado en lo alto de una colina donde domina el río con serena contemplación. Dado las importantes crecidas invernales del Seille, que recubre con sus aguas grandes extensiones de tierras, los pueblos ribereños buscan el abrigo de las elevaciones topográficas para mantenerse a salvo de las frecuentes inundaciones. La particularidad de Cuisery reside en sus más de dos docenas de librerías antiguas, pues es el cuarto ‘Village du livre’ (pueblo del libro) de Francia.




8ª etapa: Louhans

Última escala de nuestro crucero fluvial antes de emprender el camino de regreso al puerto de origen.
Louhans queda río arriba y constituye el último tramo navegable del Seille. Su importante mercado de aves y sus ferias de ganado convierten a esta pequeña y atractiva ciudad en la capital de la Bresse borgoñona. Conocida por su calle mayor bordeada de soportales en forma de arcos, Louhans, declarado “Sitio destacable del sabor”, también es la sede de la Cofradía de los gallineros de Bresse.




Continúa en: Por tierras del Franco Condado y Alsacia.


            

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