ruypster's blog: Kid Nation
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viernes, 21 de septiembre de 2007

Kid Nation

Este miércoles se estrenó en los Estados Unidos un polémico reality-show, mezcla de Gran Hermano, sin hermano mayor, y de Isla de los Famosos, sin famoso, protagonizado exclusivamente por niños de entre 8 y 15 años.

En el país del puritanismo la polémica está servida: ¡los protagonistas son niños! Supongo que será algo tan terrible como montar un número de circo con elefantes en una tienda de porcelanas; algo abocado al desastre.

La CBS lo presenta como un reality familiar en el que 40 niños de entre 8 y 15 años demuestran su capacidad para crear una ciudad funcional sin la supervisión ni la ayuda de adultos. Aislados en un pueblo fantasma de Nuevo México, los niños conviven, se organizan, se alimentan y se apañan para que todo funcione dentro de un orden que se establece sin la intervención de ningún mayor. Ellos solos se reparten todas las tareas, lo cual incluye garantizar la seguridad de la comunidad y organizar una mínima jerarquía política y de liderazgo.

¿Una especie de prueba a escala natural del Señor de las Moscas de William Golding, o del buen salvaje de Rousseau? Sólo el desenlace nos dirá la naturaleza de estos chicos, pero ante las críticas de algunos sectores y los ataques provenientes de la cadena rival ABC, con acusaciones de explotación infantil, Tom Forman, productor ejecutivo del programa y padrino oficial de Kid Nation, sale en su defensa: "La serie responde a una cuestión muy vital: ¿qué son capaces de hacer nuestros hijos por sí solos? Y la respuesta es ésta: los niños superan con creces nuestras expectativas todos los días y al final son capaces de unir fuerzas y crear una comunidad".

Los chicos deciden por sí mismos cómo gobernarse, convocan asambleas todos los días, resuelven pacíficamente sus conflictos, fijan sus propios horarios. Funcionan, aparentemente, como una escuela 'democrática'. Aprenden de la vida misma.

"Me encantó la experiencia: hice tantos amigos, recibí tantas lecciones...", admite Morgan, 13 años, uno de los niños 'autorizados' a hablar por la CBS. "Todo el follón que se ha montado se va a acabar en cuanto la gente vea el 'show'", se defiende Guylan, 11 años. "Es lo más normal del mundo; no es muy distinto a un campamento de verano".



Paul Petersen, de la asociación A Minor Consideration, considera sin embargo que los niños son poco menos que actores explotados y que el 'show' debería ser prohibido por "abuso infantil". Otros detractores de Kid Nation hacen hincapié en el contraste entre la hipotética "libertad" de los niños y la ubicua presencia de cámaras y productores de televisión moviendo los hilos por detrás.

La polémica llegó incluso a alertar las autoridades del estado de Nuevo México por posible violación de las leyes que limitan el trabajo de menores. El contrato firmado por los padres establece la disponibilidad de los niños durante las 24 horas del día y a cambio proporciona un estipendio de 5.000 dólares para cada familia y 20.000 si el niño asume un papel destacado en el desarrollo del reality. La fiscalía ha determinado que los 40 niños trabajaron una media de 16 horas al día. La CBS dice que no "trabajaron", sino que "fueron grabados" por los equipos de producción. ¿Alguna vez alguien ha visto a un Gran Hermano trabajar?

Aunque algunas de las cláusulas del contrato firmado con los padres de los chicos son arbitrarias y leoninas, no deja de ser un contrato perfectamente equiparable a cualquier otro para un programa televisivo del género, sobretodo en EE.UU., dónde nada se hace sin abogados que te cubren las espaldas, incluso en los casos más remotos e improbables. Así, el contrato firmado por los padres dice textualmente: "Entiendo que el programa puede tener lugar en zonas peligrosas y puede exponer al menor a riesgos y condiciones que pueden provocar heridas graves, enfermedades o muerte, incluida la exposición a calor y frío extremos, delitos, inundaciones, colisiones, caídas o encuentros con animales salvajes". Al final del contrato, los padres aceptan su plena responsabilidad por cualquier accidente y asumen también que suya es la culpa si la grabación deja en el niño "daños emocionales, enfermedades, dolencias de transmisión sexual, sida o embarazos" si los menores mantienen relaciones íntimas con otros participantes. Los padres se comprometieron a no hablar sobre el programa durante los próximos cinco años y a pagar cinco millones de dólares a la CBS si rompen esa cláusula de confidencialidad.

A la vista de los primeros incidentes y accidentes surgidos nada más empezar el concurso: uno se ha quemado la cara al untarse un producto químico que confundió con crema del sol; otros tres recibieron atención médica porque encontraron y compartieron un refresco sin etiqueta que tenía un sabor curioso: era lejía, la cobertura legal de la productora está asegurada.

No obstante, aunque los riegos de accidentes están presentes en todo momento, éstos no difieren en nada a los que pueden encontrarse en cualquier campamento de verano, tan populares en EE.UU. Y aunque en teoría los niños están solos ante el “peligro”, el acompañamiento psicológico y médico es constante y superan los de cualquier centro de recreo.

Los críticos se han lanzado como cuervos sobre la serie porque la CBS no ha tenido la gentileza de pasarles un episodio piloto y ha preferido jugar al factor sorpresa y sacar todo el jugo posible de la polémica, con la esperanza de tener a millones de padres e hijos imantados al televisor.

"No es el tipo de publicidad que deseábamos y esperamos que las suspicacias se diluyan desde el primer minuto de emisión", apostilla el productor Tom Forman, que defiende la vertiente pedagógica de la experiencia y anticipa su deseo de involucrar a las escuelas en la 'nación' de los niños.
"Yo he sido el primer sorprendido por los resultados"
, asegura Forman, más cercano a los ideales de Rousseau que a la 'distopía' infantil de William Golding. "He sido testigo de sus conquistas diarias y puedo decir que los niños son justos y buenos el 99% de las veces. Los adultos puntuamos tan bajo...".

Texto basado en artículos de El País y El Mundo
Foto: CBS


            

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